El Museo de Villafranca

 
   

Visitar el Museo de Villafranca de los Barros (MUVI) es imprescindible para conocer el pasado de esta localidad, ubicada en el corazón de la comarca de Tierra de Barros. Un paseo desde el Paleolítico hasta la actualidad atrapado por la historia, que se recorre mediante un acertado ensamblaje de continente y contenido. Pero el MUVI no es un espacio meramente local. Ofrece un recorrido histórico que, a partir del pasado de la ciudad y su entorno, nos ilustra sobre la evolución de Extremadura y de España y sobre la propia historia humana.

La vida de cada época se muestra a través de imágenes, objetos, tecnología, recreaciones y espacios llenos de memoria. Un compendio de elementos tecnológicos, interactivos, audiovisuales y textuales que trasmiten las historias documentadas de los habitantes de Villafranca de los Barros, acompañadas de numerosas piezas que ayudan al visitante a contextualizar la época histórica durante su visita.

El edificio, del siglo XVIII, es un claro ejemplo de una casa solariega de la Baja Extremadura. Albergó el Ayuntamiento en sus últimos cincuenta años, y consta de tres plantas y trece salas, además de cuatro salas más dedicadas al vehículo.

Los restos arqueológicos hallados en Villafranca y sus alrededores, datados en el Paleolítico, ayudan a recrear la sociedad de entonces e introducen al visitante, a través de excavaciones realizadas en yacimientos de la zona, en los primeros asentamientos humanos alrededor de Villafranca. Piezas originales, réplicas, audiovisuales, gráficas y paneles ayudan a conocer a fondo esta parte de la historia más antigua del municipio.

El Paleolítico, la Edad del Bronce, Edad del Hierro y la época romana continúan, en ese recorrido por las salas del Museo, ofreciendo aspectos de la vida en la zona, en este caso a través de los enterramientos.

Y así llegamos a la antigua Perceiana, guiados por una calzada romana, para conocer las villae de la época. Los restos encontrados, entre los que destacan la tégula de Villafranca, monedas y otros objetos, nos introducen en la forma de vida de los habitantes en la Antigüedad.

Avanzando por la Edad Media y Edad Moderna, e inmersos en la realidad de la entonces conocida como Moncovil, apreciamos en las siguientes salas otros aspectos de esas épocas y la contribución de Villafranca a la historia, a través de paneles, cuadros, recursos tecnológicos y audiovisuales.

En una zona eminentemente agrícola como ésta, la sala dedicada al campesinado nos ofrece una visión amplia de la forma de vida de la población, en relación al cultivo de los campos y el cuidado del ganado. Se complementa con la sala dedicada al bordado, que ha llegado hasta nuestros días como uno de los oficios artesanales más valiosos de la historia del municipio.

Y la música, en sus aspectos popular y culto, destaca por encima de otras artes recreando en una sala propia la relevancia que tuvo en su época a través de dos personajes imprescindibles, los maestros Pedro Bote y Pedro Cortés Gallardo. Además de instrumentos y otras recreaciones, para este ámbito el apoyo audiovisual se torna en aportación importante de cara a la visita del espectador.

A finales del siglo XIX, Villafranca de los Barros es reconocida como ciudad y en el Museo está el documento que lo atestigua, firmado por el rey Alfonso XII. El siglo XX presenta a una Villafranca donde se reflejan las distintas etapas políticas que vive el país, a través de pequeñas y grandes piezas expositivas que junto a una maqueta interactiva plantea una sorprendente forma de disfrutar de la visita. Además, esta sala permite contemplar la impresionante obra "Diez metros de historia", del pintor villafranqués José María Larrondo. Además, en la tercera planta del edificio principal, existe una sala con periódicos, revistas, libros escolares y religiosos, documentos técnicos y científicos...

Una zona específica del Museo está reservada con sus cuatro plantas al mundo del vehículo. En ella se pueden ver ejemplares de los primeros años del siglo XX hasta algunos de las últimas décadas. Una colección que plantea un recorrido por la historia del motor y que refleja la evolución de este mundo desde lo más local al panorama internacional, a través de coches, que datan desde los primeros años del siglo XX a las últimas décadas de esta centuria.