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Arquitectura y estilo
La Casa Baca Ulloa, actual sede del Museo de Villafranca, se trata de una casa tradicional labradora bajoextremeña, construida a finales del S. XVIII y reformada a principios del siglo XX (fachada, elevación de una segunda planta, cerrajería de balcones y ventanas).
Arquitectura
Arquitectónicamente se estructura en dos partes:
- Un cuerpo habitacional delantero, cuya fachada asoma a la plaza principal del pueblo.
- Un cuerpo trasero formado por un patio y dependencias auxiliares, en las que hubo instalado un molino de aceite, con salida independiente a “la cañada”.
El cuerpo habitacional se articula por medio de un corredor central que actúa como eje vertebral de la casa, comunicando directamente la calle con el patio trasero. Frente a lo que es habitual en las casas labradoras del S. XVIII ésta se caracteriza por la corta extensión de sus alas. Destaca por sus tres alturas, inhabituales en este tipo de residencias. Un elemento que sí es común en estos inmuebles es el semisótano con ventanas a ras de suelo.
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Usos de la casa
La casa es una mezcla de espacios de vivienda, ocio, zonas de actividades económicas y servicios auxiliares. Así pues, podemos decir que las dependencias se agrupaban de la siguiente manera:
- Zona de habitaciones de los propietarios: compuesta por salones, despachos, salitas y habitaciones. Esta zona se correspondería con las estancias de la planta baja y planta primera, más próximas a la calle.
- Zonas auxiliares: se trata de aquellas zonas dedicadas al servicio de la casa, habitaciones del servicio, cocina y semisótano. Estas estancias estarían ubicadas en las partes más internas de la casa.
- Zona de actividades económicas: se tiene constancia de que la parte más al fondo de la vivienda, el actual Museo del Vehículo, fue un antiguo molino de aceite. En torno al patio se situarían las cuadras, bodegas, etc.
Estilo
Su actual fachada, de finales del XIX y principios del XX, es un buen ejemplo de la asimilación del Modernismo por parte de la oligarquía local. En ella se puede observar la combinación de elementos de diversos estilos históricos como las ventanas geminadas del piso superior en marcada con alfiz de estilo mudéjar, o las ventanas trilobuladas del primer piso enmarcadas por arcos mixtilíneos de influjo gótico. El plano de la fachada se encuentra flanqueado en los extremos por pilastras corintias, elemento muy propio de la arquitectura clasicista.
La gran altura que alcanza la fachada puede dar a entender la imponencia de la misma cuando a su alrededor, no existían pisos altos. Observe el arrabá reelaborado mediante pilastrillas enmarcando la puerta. Se trata de un elemento muy característico en la arquitectura popular y es de ascendencia mudéjar.
En el centro de la casa puede observar el escudo, perteneciente a Don Diego Baca Ulloa, marido de doña María Ortiz Blanco. Se encuentra divido en tres cuarteletes, en el primero de ello observará 6 divisiones:
- Cabeza de Vaca (familia Vaca)
- León paseante (familia Baca-Lira)
- Cruz maestral (Rivadeneyra)
- Cinco flores de lis en aspa (familia Baca-Lira)
- Tres peces sobre tres ondas (Rivadeneyra)
- Águila explayada (Rivadeneyra)
El segundo cuartelete con decoración ajedrezada es indicativo de la familia Baca, mientras que el tercero, compuesto por castillos y leones, brazos con ramas y unas ondas, corresponden a la familia Vargas Machuca.
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La Plaza de España y edificios para la historia de Villafranca
La casa de Baca Ulloa se ubica en la plaza de España. Esta plaza, de forma rectangular, se encuentra dividida en dos partes:
- El espacio comprendido entre el flanco sur del templo parroquial y la línea frontera de fachada.
- El amplio rectángulo abierto a las traseras del templo y frente a la fachada del actual Ayuntamiento.
Cada parte se corresponde con dos etapas cronológicas diferentes. La parte a la que abre sus puertas el museo es la más antigua, datadas de finales del S. XV o principios del XVI, cuando la población experimentó un gran crecimiento demográfico. En aquel entonces se denominó Plaza Nueva, en contraste con la Plaza Vieja en la que se sitúan los orígenes de la población. La Plaza Nueva se convirtió en el centro de la vida pública. Poseer casa en ella era símbolo de un estatus social elevado, por la estructura urbana se conformaba según la relación centro-oligarquía y preferia-masa campesina. En la segunda mitad del S. XVIII se realizó la segunda parte de la plaza, la que se extiende ante las puertas del Ayuntamiento ampliándose de esta manera la Plaza Nueva, denominada por entonces Plaza Principal.
Iglesia Parroquial Nuestra Señora del Valle: Edificada, probablemente, a mediados del S. XIV, cuando se dotó de parroquia a la población. Junto al costado norte se situaba el primitivo cementerio. En el XVI fue reformada. Fue entonces cuando se construyó la Portada del Perdón, de estilo gótico tardío. En los siglos XIX y XX se modificó la cabezera, se construyeron las capillas laterales y la torre actual.
Casa de la Encomienda: Desaparecida. Se hallaba anexa al cementerio parroquial, al norte del templo, posiblemente sobre la actual Calle Conde de Villanueva. Era la sede del comendador y debe remontarse también a mediados del siglo XIV, cuando se creó la Encomienda de Villafranca. A medida que el comendador fue ausentándose de la villa entró en un progresivo proceso de decadencia. A finales del XVII estaba completamente arruinada.
Ermita de los Mártires: Desaparecida. Su ubicación exacta se desconoce aunque se situó al norte de la población, en el extremo del ejido y próxima a la dehesa. Fundaba a finales del XV por un grupo de jóvenes. Poseía una sola nave dividida en cuatro tramos, casa del ermitaño y soportal. Desapareció a finales del XVIII.
Hospital de San Miguel: Desaparecido. Fundado a mediados del XVI, fue un edificio que se utilizó para la asistencia de pobres. Abría a la actual calle de la Milagrosa (denominada entonces del Hospital) y destacaba en él su capilla de San Miguel. Desapareció a finales del XVIII.
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Convento de la Encarnación de la Orden de Santa Clara: Fundado en 1584 por Doña Leonor Gutiérrez, remodelado por completo en el siglo XVII, cuando los Baca eran ya sus patrones, y ampliado en sucesivas ocasiones a lo largo del siglo XVIII. Sirvió como panteón funerario de la familia Gutiérrez-Baca y de las monjas clarisas que lo regentaban. Tras la desamortización de Mendizábal quedó a disposición del Ayuntamiento, que lo empleó para diversos fines. Finalmente se derribó dando lugar a un parque en 1956.
Ermita de Nuestra Señora de la Coronada: Los orígenes de la ermita son desconocidos. El primitivo santuario fue reconstruido entre finales del XV y el XVI, dando lugar a un templo de dimensiones similares a la actual, con tres naves y una torre-campanario. La gran devoción de los villafranqueses permitió su remodelación en el siglo XVIII, cuando, entre otras reformas, se construyó el camarín, una hospedería para peregrinos, se remodeló la torre y se unificó el espacio interior.
Colegio de la Hermanas de la Cruz: En origen fue hospital de caridad, fundado por Don Hilario Fernández Torrado en el XVIII. En 1890 se hicieron cargo las Hermanas de la Cruz, quienes construyeron la Capilla de la Cruz, en la parte trasera del edificio y a las funciones del hospital le añadieron también las escolares. Por este motivo, a este colegio se le conoció popularmente como “De las Hermanas Cruz”, aunque su nombre oficial es Colegio de la Inmaculada y San Ignacio.
Ermita de Nuestra Señora del Carmen: Fundada por Don García Villalobos en la segunda mitad del XVII, empleada como cementerio durante algunos meses en 1815-16 y remodelada y ampliada a lo largo del XIX, cuando se la dotó de campanario. En 1967 fue ascendida a la categoría de parroquia. Destaca en ella el Cristo de la Luz, obra de Mancerina.
Sede del actual Ayuntamiento: Casa palacio construida en las últimas décadas del XVIII, perteneciente a los Marqueses de Fuente Santa, miembros de la poderosa familia Baca. Su fachada muestra la influencia de la arquitectura clasicista. El edificio constituye un emblema del poder adquirido por esta poderosa familia.
Colegio San José: Institución educativa perteneciente a la compañía de Jesús. El primitivo colegio, fundado en 1893, se situaba en la calle Hernán Cortés número 1. En 1896 comenzaron las obras del actual edificio, destacando en él su capilla neogótica y su salón de actos.
Ermita de la Virgen Milagrosa: Su advocación originaria fue a la Virgen de la Aurora. Es posible que la ermita fuera originalmente la capilla del hospital de San Miguel. En 1929 cambió de nuevo su advocación por la de Virgen Milagrosa que es la que se conserva actualmente.
Monumento al Sagrado Corazón de Jesús: Situado en la Plaza del Altozano. Fue erigido en 1925 por la devoción que dicho culto suscitaba principalmente entre la oligarquía. En monumento consta de un elevado pedestal formado por un haz de cuatro columnas sobre el que se eleva la estatua del Sagrado Corazón.
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Ermita de San Isidro: Situada a unos 5km, al sur del casco urbano. La ermita se reduce a la capilla mayor, ya que, aunque posee el arco toral que debía dar acceso a una nave, esta no ha sido construida. La ermita fue erigida a comienzos del siglo XX, a instancias del párroco D. Inocente Guerrero. En torno a la ermita se estableció la romería de San Isidro, fiesta muy popular en la localidad
Fogón de la plaza del caño de Valdequemao: Ejemplo de la arquitectura industrial de principios del siglo XX. En realidad solo llegó a construirse el fogón de lo que hubiera debido ser una fábrica que nunca se construyó. Destaca por su esbeltez y está completamente realizada en ladrillo.
Plaza de toros- auditorio: Construida a principios de los años 90del siglo XX por el arquitecto municipal Vicente López Bernal, el mismo que dirigió la reforma del edificio de este museo. El edificio destaca por el uso masivo de mampostería en la construcción de sus muros.
Ermita de la Virgen del Pilar: Construida en 1959. Destaca su arquitectura, en línea con la estética racionalista predominante en la época, siguiendo planos de una capilla construida por las mismas fechas en Novelda.
Casa de Cultura: Antigua Electro-Harinera de San Antonio. El edificio representa un buen ejemplo de la arquitectura industrial de Villafranca, en ella se elaboraban productos panificados, pero también proporcionó electricidad a la localidad desde 1896, año de la inauguración eléctrica pública, hasta 1932. En los años 90, el edificio, abandonado, fue adquirido por el municipio, que lo reformo transformándolo en la Casa de Cultura y Biblioteca Pública Municipal.
LA CASA EN EL SIGLO XVIII
Diego Baca Ulloa fue propietario de esta casa en la segunda mitad del siglo XVIII. Como oligarca, siempre estuvo muy vinculado al Ayuntamiento, para el que presto diversos servicios, como el de la vigilancia de las almazaras de la sierra de San Jorge, donde negociaban con aceitunas robadas y evadían impuestos. En la zona en la que se ubicaban las almazaras, se cobijaban “hombres forajidos y malhechores”, siendo el bandolerismo un mal crónico de la época.
LA CASA EN EL SIGLO XIX
En el siglo XIX la casa fue propiedad de D. Antonio Sánchez Arjona. Su hijo D. José Sánchez Arjona y Sánchez Arjona, literario, fue miembro de la Academia Santa Isabel de Hungría.
A principios del XX. D. Eduardo Sánchez Arjona reformó la casa, adoptando la nueva estética modernista. La oligarquía del XX elevó su actual nivel intelectual, combinando el ejercicio de la política con el fomento de actividades culturales. La burguesía se convirtió en el referente cultural de la oligarquía, que emulaba sus hábitos y su estética.
La oligarquía sentía predilección por la música y las artes escénicas. Los casinos, donde se practicaban los juegos de azar y naipes, eran muy frecuentados por los oligarcas de la época. La plaza se equipó convirtiéndose en espacio para los hábitos de ocio burgueses. La prostitución, condenada moralmente, era una actividad lícita, estando bajo control fiscal y sanitario. El abandono, e incluso el asesinato de niños “fruto de una falta”, era frecuente, debido a la hipocresía moral de la época.
LA CASA DEL CUARTEL DE LA FALANGE
D. Joaquín y D. Eleuterio Piñero Carrillo, propietarios de la casa, la alquilaron a la Falange Española. Diego Hernández Prieta y Aguilar, jefe local de Falange, fue ejecutado en Fuente del Maestre al inicio del conflicto. Una vez ocupada Villafranca por las tropas sublevadas, la Falange dirigió una implacable represión, que llevo a la muerte a cientos de personas incluso concejales de la comisión gestora, como José García Lozano, pasaron por su calabozo. La represión apartó a Juan Soler de su cargo como maestro de corneta de los “Pelayos”. Para los mutilados de guerra se reservaban trabajos como el de la vigilancia de las fuentes.
AYUNTAMIENTO EN EL SIGLO XX
En 1943 el municipio compró la casa por 140.000 pesetas, a fin de convertirla en Ayuntamiento. El 18 de diciembre de 1945 Franco visitó la casa. Una placa conmemorativa, situada en el salón de plenos, rememoraba el acontecimiento. La casa, como sede del Ayuntamiento, fue testigo de la restauración de la democracia. A finales de los 90 el Ayuntamiento se trasladó a su actual sede, convirtiéndose la casa en Museo.